
Me acuerdo de esa vez que me encontraba en el sombrío pasillo de los despachos de profesores de la universidad de ciencias de Pontevedra. Por aquellas los alumnos de bellas artes estabamos cursando allí el CAP. En particular, yo estaba sumido en una de esos extraños y ya por entonces familiares estados de conciencia donde por fuera lo crees ver todo de forma muy lúcida pero por dentro estás hecho un lio(que crees poder desacer con facilidad).
Sombrío pasillo de los despachos; nerviosismo prentrega, cuando llega Arrojo a esperar conmigo enfrente de la "clásica puerta" de madera(según recuerdo) y me comienza a hablar, desbarrando acerca de que podiamos estar vigilados permanentemente(lo decia en serío) , sin saberlo desde dentro del despacho(como crei que se me habia ocurrido algo similar antes de llegar al pasillo, asi que intento evitar(tonterias, tonterias!) como puedo sus ideas paranoides, pero claro, lo que dijo me acojona, porque es cierto, ya estabamos siendo vigilados.